Los lóbulos de las orejas

Se considera que los lóbulos forzados incrementan la capacidad para escuchar la naturaleza a su alrededor, y pueden oír el consejo de los dioses.

De esta manera es posible que las ondas encefalográficas del cerebro se vuelvan capaces de captar emisiones sonoras de frecuencia extremadamente baja, lo que tal vez posibilite escuchar los pensamientos.

Esta elongación de los lóbulos de las orejas estimulan e irrigan el cortex auditivo; de esta forma se vuelve sensible y se convierte en receptor electromagnético biológico.

Esto también facilita el desplazamiento por lugares rocosos, cavernas, o cordilleras desoladas.