domingo, 30 de marzo de 2014

Las conecciones mentales

"La neuróbica tiene como objetivo el mantenimiento cerebral más que la mejora del cociente intelectual. No queremos ni podemos crear supercerebros."

¿Pero cuáles son los pilares científicos sobre los que se asienta este fitness mental? Sus mentores se aferran a dos conceptos que, dicho sea de paso, están introduciendo la neurología en una fascinante y prometedora era terapéutica: la neuroplasticidad, que es la habilidad manifiesta del cerebro para reorganizar sus patrones neuronales en función de nuevas experiencias; y la neurogénesis, esto es, la capacidad natural del encéfalo para fabricar nuevas neuronas.

En el último quinquenio los neurólogos han descubierto que nuestro kilo y medio de masa pensante se reorganiza a lo largo de la vida en función de la información que recibe.

La adquisición o la repetición de una conducta, de un ejercicio mental, de una destreza física o de una actividad lúdica, como jugar al parchís o coleccionar cromos, hacen que el cerebro se reconfigure.

Por ejemplo, en los músicos de cuerda, el área de la corteza cerebral que gobierna la mano que usan para tocar es mayor que la correspondiente a la extremidad que no digita; y los dedos más usados son los que tienen asignado un mayor espacio cerebral. Y curiosamente la corteza visual de los ciegos se activa cuando sus dedos leen el lenguaje Braille, como demostró en 1996 Mark Hallett y sus colegas de los Institutos Nacionales de la Salud en Bethesda (Maryland). Privada del sentido de la vista, la corteza visual se convierte en un procesador de estímulos táctiles, lo que permite al invidente desarrollar un sentido táctil superior al de los videntes.

El matemático y visionario Marvin L. Minsky, del MIT Media Lab, en Massachusetts, "la actividad principal de los cerebros es hacerse cambios a sí mismos."

El aprendizaje entraña el refuerzo de las uniones entre neuronas: cada una de éstas células nerviosas es capaz de entablar ¡10.000 conexiones con sus vecinas! Se crea así un entramado de neuronas que se excitan conjuntamente y estrechan sus lazos para evocar un pensamiento, un sentimiento o un movimiento. Aquí es donde opera el fitness cerebral: cuanto más se usa la nueva red neuronal, mayor es su nivel de cooperación y de eficacia en la respuesta. Para ser precisos, esta neuroplasticidad sucede a nivel de la llamada sinapsis, el punto de contacto entre dos neuronas. En realidad, se trata de un pequeño espacio donde la información que llega al extremo de una neurona -el axón- en forma de impulsos eléctricos se transfiere a un neurotransmisor, una especie de mensajero químico que deposita el mensaje en la puerta de entrada -la dendrita- de la neurona receptora.

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