Antes los científicos aceptaban que nacíamos con un cupo de
células cerebrales que nuestro organismo gestionaba hasta la muerte.
Pero hace un par de años, este neurólogo de Salk Institute for
Biological Studies, en La Jolla (California), demostró que en los
cerebros nacen nuevas neuronas, especialmente en las áreas relacionadas
con la memoria y el aprendizaje.
Hablamos de los ventrículos del
prosencéfalo, que contienen el líquido cefalorraquídeo del que se nutre
el Sistema Nervioso Central; y el Hipocampo, estructura que desempeña un
papel crucial en los procesos memorísticos. Estos paritorios cerebrales
albergan las células madre o stem cells de las que surgen las nuevas
neuronas. Para madurar, éstas deben alejarse del lugar de nacimiento. En
promedio, sólo la mitad realiza con éxito este viaje; el resto fallece
en el intento.
Recientes investigaciones señalan que las neuronas
nacidas en los ventrículos migran hasta los bulbos olfativos,
estructuras que reciben la información de las células nasales que captan
los olores, y que las hijas del hipocampo cohesionan las redes
neuronales existentes, para incrementar la capacidad cerebral de
procesar y almacenar la información que llega.
Aunque el proceso de
neurogénesis se halla bajo control genético y está vigilado por una
lista de factores de crecimiento, incluidos las mencionadas
neurotrofinas, los científicos acaban de confirmar que la experiencia
también regula el ritmo de producción de nuevas neuronas en el
hipocampo, así como su integración en los circuitos cerebrales ya
establecidos. Sin ir más lejos, Henrietta van Praag, miembro del
laboratorio de Cage, ha descubierto que la división celular en el
hipocampo se duplica en los ratones que corren en las ruedas de
ejercicio.
Este hallazgo sustenta la tesis de que el ejercicio resulta beneficioso
para la salud mental. De hecho, las personas deprimidas notan mejoría
cuando aumentan su actividad física, quizás porque con ello estimulan la
neurogénesis y, por ende, la regeneración cerebral. A Cage, le resulta
apasionante la posibilidad de que los individuos sanos mejoren su
rendimiento estimulando su cerebro para que fabrique neuronas de
repuesto. Katz está convencido de que esto ya se consigue de forma
natural con el programa de ejercicios que propone la neuróbica. ¿Pero
sería factible potenciar las habilidades intelectuales de manera
artificial? La respuesta es sí. La nueva farmacología se halla inmersa
en la búsqueda de sustancias que fortalezcan las facultades cognitivas,
sobre todo la memoria en las personas que la han perdido a causa de un
infarto cerebral o una enfermedad neurodegenerativa. De hecho, algunos
fármacos potenciadores de la cognición de uso terapéutico se han ganado
el favor de estudiantes, ejecutivos, soldados y pilotos que buscan
redoblar su agudeza y su rendimiento físico y mental saltándose a la
torera la disciplina y el esfuerzo personal que conlleva cualquier reto
de la vida: las anfetaminas.
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